Celebra tus victorias
El otro día iba en el coche con mi novia y me preguntó como me siento con esto de comenzar nuestro camino fit, dije que todo bien, que estoy agusto con lo que estamos logrando y lo mejor es que lo estamos logrando sin esfuerzo.
Hubieras visto la mirada qué me puso, naaaambre parece que le menté la madre.
En chinga me di cuenta de la pendejada que dije por qué al chile si me mamé, pero esa simple mirada matona de la CEO de mi hogar me puso a reflexionar qué la realidad es que si estoy haciendo un esfuerzo:
- Ir religiosamente cada fin de semana al super a comprar la despensa. Anteriormente no había tanto tema porque si no teníamos despensa, pedíamos pizza, tacos o cualquier cosa que claramente no era sana.
- encontrar un pinche horario donde costco no parezca guerra mundial z. Parece una tontería, pero yo que me "engento" rápido, detesto ir a costco.
- hacer la comida para toda la semana.
- comprar toppers infinitos guardar la comida.
- llegar a lavar todos los toppers infinitos.
- meterle al ejercicio varios días a la semana.
- comprar ropa para hacer ejercicio.
En realidad hay un esfuerzo físico, mental, de dinero, de mentalidad. Duele y duele mucho.
En general estoy gastando de más, pero si lo piensas le estoy ahorrando problemas al Roberto del futuro.
Te cuento esto porque por un momento perdí la perspectiva, olvidé o no le di el valor a todo esto que estoy haciendo, porque si fuera sencillo ya lo hubiera hecho desde hace tiempo.
Vale la pena darle valor a estas pequeñas victorias para motivarte a seguir con la meta mayor. Ojo, no se trata de quedarte ahí con esas micro victorias, pero si qué sirva para seguir empujando lo importante.
Aun me faltan cosas por calibrar, procesos por mejorar, pero como dicen por ahí:
Primero hazlo, luego hazlo mejor y después lo haces sofisticadamente.
Cero drama.
Cero miedo.
Nos vemos en el viaje.