Mantenerse estoico

El último mes, la vida me ha tratado como si hubiera parido a Karla Panini.

Han sido días complicados.

Pagos que no tenía contemplados; a la CFE se le ocurrió cobrarme tres veces más de lo habitual sin ninguna razón aparente.

Máquinas, tuberías y A/C que no deberían de fallar, están fallando. Omisiones de mi parte que generaron facturas de algunos miles de pesos.

Análisis, estudios y cosas de salud que empezaron a notarse y tengo que atender de inmediato.

Y, por último, y lo que me hizo escribir esto, tuve un accidente automovilístico de la manera más pendeja posible.

Un wey dejó su coche estacionado en una pendiente, no puso bien el freno; la CEO del hogar y yo estábamos tranquilos en un semáforo, de pronto veo cómo un coche se aproxima y me impacta del lado derecho. Inmediatamente después llegó el dueño del coche, hablamos a los seguros, se hicieron los trámites, fuimos al hospital a revisión y listo.

Afortunadamente, todo quedó en un esguince cervical grado 1 que solo requería algunos días de reposo y no pasó a mayores.

Lo que quiero destacar aquí es que hay un montón de cosas que pueden salir mal, situaciones que no están bajo tu control y que no avisan, simplemente llegan, pero lo importante es cómo reaccionas a estas situaciones.

Mi versión de hace años hubiera hecho un drama, creyendo que la vida está en contra de él, que pobrecito cómo sufre, que seguro alguien le está haciendo brujería, es que es Mercurio retrógrado y eso afecta lo que me pasa, mamadas así.

Mi versión de hoy estuvo a la altura, ecuánime, estoico, no se quejó, no sobrepensó las cosas, no pensó quién le hizo brujería, no se hizo la víctima; al contrario, me enfoqué en resolver lo que se iba presentando y pensando siempre que todo esto son cosas que pasan y no tienen relación con malas rachas o cosas por el estilo.

Y sí, no faltará el que diga: “Huy no, eso no es nada, yo sufrí un montón y no ando llorando porque bla bla bla”, pero nel, la idea de esto no es andar presumiendo quién la pasa peor; la idea aquí es que cada vez te sea más fácil resolver los obstáculos que la vida te pone, que no te quiebres tan rápido con situaciones negativas, que no dejes que tu mente se crea escenarios que no son.

La idea es que cada vez seas más resiliente, y no, no me refiero a que pongas bonita cara pero por dentro estás valiendo madre. Tampoco se trata de que te aguantes las ganas de llorar. Esto va más enfocado a que genuinamente tu mente, tu ser, entiendan que esto es otra cosa más que hay que resolver, que tiene solución y que no eres el primero en el mundo que le pasa, total, shit happens.

Me gustaría decirte que siempre tengo mi mente controlada, pero te estaría mintiendo. A veces mi mente me hace malas jugadas, pero cada vez soy más consciente e identifico qué es lo que me pasa, qué es lo que me molesta, qué es aquello que me preocupa y me tiene molesto o estresado.

Aquí van las cosas que he taladrado a mi cerebro el último año:

- No eres el centro del universo, siempre pasan cosas, a veces estás en el lugar y momento equivocado, pero no pasa nada.

- No puedes controlar todo, pero sí puedes controlar cómo reaccionas a esas circunstancias.

- No eres el primero con ese problema, ese problema ya se resolvió, solo encuentra quién ya lo resolvió y paga por ello o aprende a resolverlo.

- Cero drama, no te quejes, ahórrate esa energía y aprovéchala en resolver.

- Deja de pensar tanto en el futuro y quieras tener todas las respuestas para comenzar a resolver. Analízalo de esta manera: ¿crees que una cajera de supermercado podría atender a todos si todos se le van encima? NO, por eso hace filas, para atender uno a uno. Bueno, pues tú sé así, atiende asunto por asunto conforme vayan llegando y dale fluidez a la fila.

Te quiero chingón, ecuánime, que cada vez sea más difícil romperte.

Cero drama.

Cero miedo.

— R